Pero lo que en realidad ocurrió en ese momento, fue un hecho totalmente contrario. Fue la llegada de un sentimiento amargo que me recorría todo el cuerpo. Tuve ganas de salir corriendo de allí. Que joder, ahí estaba, cara larga y con una sonrisa rutinaria bien marcada. Me aferré a cada mirada fría con la que ahora nos cruzábamos muy de vez en cuando, a cada recuerdo que sacudía mi mente por momentos, a cada 'Te quiero' que ahora, solo yo pronunciaba.
No había ni rastro de todo lo que antes habíamos sido. Nada.
Na.
Lo más lejos... A tu lado.
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